miércoles, 2 de noviembre de 2011

Una Historia que contar

Me llamo Carlos, pero mis amigos me dicen Carlitos el bebito, tal vez porque tengo menos de 3 años.
Era una noche fría y lluviosa, mi madre me había dejado bajo el cuidado de mis abuelitos.
De repente se escucho el timbre de la casa, en medio del torrencial aguacero aparece mi papito, un hombre grande y musculoso, era amoroso; pero en ese momento no era él, estaba lleno de ira, había bebido de más.
Cuando ingreso a la casa, empezó a maltratar a mis abuelitos porque me quería llevar con él.
Después de todos los intentos fallidos de mis abuelitos por mantenerme en su hogar, mi padre se salió con la suya, cuando llegamos a la casa, mi padre siguió bebiendo, intento dormirme, pero yo no tenía sueño.
Él empezó a enojarse conmigo porque no podía dormir, se  enojo tanto, que me decía palabras feas que herían mi corazón, se quitó la correa y empezó apegarme sin parar.
Los vecinos escucharon mis llantos, llamaron a la policía, cuando ellos llegaron yo estaba llorando en mi camita.
Una mujer muy tierna me alzo en los brazos, mientras la policía sacaba a mi padre esposado.
Ese fue el primer y ultimo día en el que conocí a mi verdadero padre,  porque al que conocía, alguien o algo lo había hecho cambiar.

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